viernes, 23 de noviembre de 2012

La señorita insufrible

En realidad iba a darle con un palo a una sola persona, pero capaz que termine generalizando y dándole a todos los que me caen mal.

La señorita insufrible ama quejarse. A la señorita le encanta hacer cosas que sabe que no puede asumir después y que le traen problemas a los demás, pero no le interese. La señorita ama exagerar, hacerse la sufrida, pedir por favor, después agredir, después dar lástima como marginada de la sociedad, y después criticar y marginar a todo el mundo. Se victimiza ante todos pero es la primera en querer hundir el barco ajeno. Inventa hechos, situaciones, conversaciones, y hasta enfermedades que nunca existieron con tal de generar lástima y regodearse en esa lástima creyendo que porque la lloran un poquito ya la quieren, siendo que en realidad no se la banca nadie. La señorita se cree muy superior e inteligente pero muy probablemente no sabe separar en sílabas, y muy probablemente le lleve cuatro o cinco años más aprenderlo. La señorita se engancha en cualquier movida que la puede hacer parecer "rara" o "particular", le dice a todo el mundo de eso para que lo sepan, se enorgullece de autoproclamarse "rara" (siendo que es otra goma más) y después pone el grito en el cielo si le dicen rara. La señorita necesita, repito, NECESITA, desvalorizar las habilidades de los demás para sentir que las suyas (inexistentes por cierto) incrementan. Es ese tipo de persona que necesita ver que hay una miseria más baja que la suya para tener la falsa esperanza de que no es tan grave su situación, el típico "podría ser peor".
Lo que cierra todo este tema, la señorita grita para hablar. No soporto a la gente que grita para hablar.
Y el que se siente tocado que se vaya a la puta que la parió, porque mientras escribía pensé en cien personas diferentes.

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