sábado, 25 de febrero de 2012

Muros

Y de nuevo me encuentro, con el paso cerrado, con una elección a todo o nada, de nuevo me encuentro enfrentándome ante algo de lo que renegué hace tiempo, algo que dije que no se repetiría, que no lo iba a repetir. De nuevo me enfrento a un dolor seguro, a una incertidumbre que me carcome, a un ánimo frágil, a una balanza desequilibrada. A dos sentimientos hermanos pero opuestos, a la suerte que echa más de un lado que del otro y luego vuelve a jugarla para el contrario, llevándome de rastras, de una punta a la otra.
 De nuevo estoy de cara a un muro, porque así es como te interpreto: un muro. Así es como siempre las interpreté. Siempre fueron así, estas situaciones siempre fueron nada más y nada menos que un muro, todas. Y todas me conducen a lo mismo; primero son muros invisibles, y fiada de mi buena suerte sigo caminando. De a poco se dibujan adelante mío, inevitablemente, y no me queda otra alternativa que derribarlo con un intenso dolor o permanecer bajo ese muro vaya uno a saber cuánto tiempo. Hasta que me aplaste y de mí no quede ni la huella.
Pero si bien no logré cumplir mi promesa de que nunca más se repita, sé algo que aprendí y que voy a respetar al pie de la letra: ya no más. No más permanecer en ese muro. No nacieron para resguardarme, ni para protegerme. Por mucho que cueste, se sigue adelante; se deja de lado, se derriba, se destruye, y no se guardan los escombros. Nunca, nunca más, tratar de reconstruir con los viejos escombros, desde los cimientos, o desde la mitad que nunca supiste continuar.
Y aunque me duela, aunque me cueste, dejarte atrás, o derribarte, es lo correcto. No es mi momento de quedarme mucho tiempo más pretendiendo cuidados ni protecciones, porque de a poco aprendo a cuidarme yo misma. Y si bien esto me lleva a un leve complejo de autosuficiencia, a un caprichoso "yo puedo sola", a una negación de la necesidad de compañía, a no querer ayuda, prefiero todos esos defectos antes que una permanencia dependiendo de alguien más. Extrañando a alguien más. Respirando a alguien más.
 Irónico es que me atreva a interpretarte o compararte con un muro, siendo que a veces ante mí te desarmás, te caés a pedazos sin que necesite golpearte o moverte. Siendo que yo soy la que no permite el paso de nada que no quiera tener, siendo yo la que no se deja ver desde los cimientos, siendo yo la que pretende jugar a ser dura, a cumplir el papel de la negativa, de la de las convicciones sólidas. Siendo que tambaleaste mi mundo.
  Ya no sé quién es el muro acá y quién no, pero sé que seas lo que seas, pronto, para mí, vas a dejar de ser.

2 comentarios: