jueves, 17 de marzo de 2011

El placer de ser imbécil, porque sí.

Para el común denominador de la gente, la adolescencia se caracteriza por muchas cosas, entre ellas, la rebeldía y lo que ella conlleva. Entre "lo que conlleva" se encuentra la estupidez injustificable, lo prohibido, los actos tan imbéciles y placenteros, la busca de la identidad.
"Los actos tan imbéciles y placenteros"...
Es que todo tiene un sabor distinto cuando sabés que no deberías hacerlo y lo hacés igual. No le quiero buscar la explicación psicológica (increíblemente por primera vez en mi vida me niego a la psicología), pero como ser humano con los pies sobre la esfera puedo afirmar que sí, así es. La "escondida", lo "ilegal" le aporta un toque distinto a todo, inexplicable y probablemente indefendible ante alguien razonable por ejemplo las autoridades. Y eso, a los adolescentes nos ha costado más de un castigo, cagada a pedo como se dice vulgarmente o lo que sea. Es que ¿a quién le da la cara para decirle a sus viejos "hice esto aunque me dijeron que no lo haga porque es demasiado emocionante a escondidas"? A mí no.
Justamente en ese break de la vida en que uno se da cuenta que está dejando de ser un adolescente y dentro de poco va a pasar a ser esa llamada autoridad o simplemente va a tener que ser más centrado es cuando te cae la ficha de que no querés perder eso, que querés seguir siendo boludo, irresponsable, y con esto no digo que nosotros los adolescentes (me cansé de decir esa palabra a lo largo de este texto) seamos un desastre todo el tiempo, para nada, o que todos lo sean, hay varios más centrados que una persona de cuarenta años, con lo cual yo no estoy de acuerdo porque como dice una frase "el que no es un estúpido a los 16 es un ridículo a los 40".
A lo que voy es a que debido a varias cosas me cayó el baldazo que varias cosas van a cambiar dentro de relativamente poco, me niego a eso, no quiero e igual lo voy a hacer, es lo natural y no puedo vivir estancada.
Pero decidí que mi alma siempre va a tener la esencia ridículamente...divertida. ¿Un alma de adolescente por siempre?. Decidí que no quiero dejar de hacer ciertas cosas solamente porque puedo, porque quiero,porque el momento es uno y el tren se va. Decidí que no quiero jamás dejar ir todo eso, decidí que ciertas cosas quiero que perduren en el tiempo y se queden, decidí que jamás quiero perder el placer de ser imbécil, porque sí. ¡Solamente porque !

Como dice una muy buena canción de Carajo, yo estoy
          Resistiéndome a perder aquella adolescencia que dentro mío llevaré, adonde mierda sea!

   

2 comentarios:

  1. Genial. Me gustan mucho tus reflexiones; tenés los pies sobre la tierra aún más de lo que pensaba. Abrazos, Gus.

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  2. Sinceramente muy bueno!!! Espero seguir leyendo estas reflexiones que no solo son interesantes sino que tambien puedo conocer los pensamientos de la que evidentemente dejo de ser mi hermanita, para ser una mujer.

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